Mindfulness: El reentrenamiento de la mente para recuperar la conciencia plena

El ritmo de vida actual nos obliga a ser seres multitarea. Queremos o necesitamos hacer tantas cosas que perdemos esa atención que nos hace disfrutar de cada momento, al perder este espacio consciente de disfrute generamos estrés en nuestro día a día, perdiendo de vista nuestro bienestar y conexión consciente con nosotros mismos.

A través de la conciencia plena, conseguimos recuperar la apertura ante los acontecimientos y disfrutar más plenamente de nuestras experiencias.

La Conciencia Plena o Mindfulness, es una práctica de conciencia del proceso de nuestra experiencia en el momento presente. Aprendemos a ser conscientes de cómo nos sentimos, física y emocionalmente, y cómo respondemos o reaccionamos ante cada momento de la vida. Esta cualidad de conciencia es la base de toda vida creativa, una vida plena en la que realmente estamos involucrados, despiertos, viviendo con un sentido profundo.

Normalmente, solemos prestar atención a las actividades del momento sólo con una pequeña parte de nuestra atención; la mente y los pensamientos están en otra cosa. Vivimos en modo de “piloto automático”, atendiendo nuestras actividades, emociones y pensamientos con muy poca conciencia de los detalles de nuestra experiencia en el momento y de las intenciones que motivan nuestras acciones.

El reentrenamiento de la mente para recuperar la conciencia plena nos brinda la oportunidad para cultivar nuestra mente y nuestro espíritu momento a momento, la consciencia se vuelve una semilla de bienestar y creatividad para generar armonía en nuestro día a día.

El mindfulness también es un proceso de autoconocimiento y desarrollo en el que encontramos una visión clara sobre la naturaleza de la propia mente y la adopción de una perspectiva, lo más objetiva posible, sobre los pensamientos y emociones, de manera que puedan experimentarse en su estado natural, sin agregar juicios. Esta habilidad que desarrollamos con la práctica, nos brinda una mayor libertad para tomar decisiones desde una perspectiva consciente y reflexiva en vez de actuar bajo instinto o impulsivamente. Nos abrimos a un proceso de transformación que involucra una mirada espaciosa a nuestra relación con aquello que experimentamos, adquirimos una postura más abierta a encontrar soluciones con intención de procurar nuestro bienestar y de quienes nos rodean.